Paloma, explorando arcilla, construyendo una figura tridimensional...
Máximo, dibujando libremente, explorando formas que surgen. Eligió para su expresión témpera negra.
El taller El Tiempo es Arte es una idea que surge a partir de la necesidad de expresar, liberar, canalizar, crear, recrear, sin ataduras técnicas ni condicionamientos. Está dedicado a los niños, quienes no deben perder su capacidad creadora.
Desde mi trabajo como psicoanalista de niños he podido observar lo importante que es para los pequeños expresarse por medio del jugar, dibujar, pintar, modelar, cortar, armar, desarmar, inventar… en definitiva crear, tanto que es para ellos la forma de comunicación por excelencia. Sí, así es, se comunican creando, en sus mundos imaginarios y en sus realidades compartidas.
Se comunican con sus pares, amiguitos, hermanos, primos y con los adultos, padres, madres, educadores. ¡Uf! ¡Si me emociono! cuando me pongo a pensar en la cantidad de obras de arte que tengo guardadas de mis pequeños pacientes.
Lo cierto es que también he sido testigo en los años que llevo en la profesión de la función elaborativa que tiene para los niños esta capacidad creadora y transformadora, diría también.
Los he visto pintar con alegría mientras cantan o tararean, o muy concentrados modelando en plastilina alguna forma muy difícil, o exaltados rayando o tirando pinceladas desbordadas y desbordantes, anárquicas y confusas, también rítmicas y armoniosas… en fin… la vida de estos pequeños artistas he visto transcurrir, y a algunos los he y me han acompañado por unos cuantos meses, otros durante algunos años… ¡cuántas emociones!... alegrías y tristezas, risas y llantos, enojos, gritos, canciones, palabras, silencios…
He disfrutado y disfruto mucho mi trabajo con los niños, también sufro junto con ellos cuando hay tristeza y dolor en sus vidas y siempre aprendo algo más, es que no dejan de sorprenderme… ¡cuántos recursos son capaces de implementar para comunicarme lo que les sucede! ¡Cuánta vida desplegada! En las hojas pintadas, en las figuras de plastilina, en los recortes de papel… algunos, verdaderos tesoros que yo he tenido que guardar y preservar “para que nadie los vea” o “nadie los toque”, o ponerlos en un lugar visible para que “otros nenes vean lo que hice”, ay ay ay… cada pequeño artista con su personalidad y sus preferencias. Aún aquellos niñitos con problemas graves… en todos he visto aparecer sus propios recursos saludables en algún momento… Sólo es cuestión de ofrecerles el espacio, los elementos necesarios para que se expresen y oficiar de respetuosa y empática compañía.
He dicho que siempre aprendo algo más gracias a ellos, y hoy quiero transmitir algo fundamental que he rescatado de estos aprendizajes con mis pacientes: y es que las producciones de los niños, sus dibujos, pinturas, modelados, también sus juegos, cumplen una función muy importante en sí mismos, para ellos, por lo cual no hay necesidad que el adulto que lo observa intervenga con su interpretación o su corrección acerca de lo producido. Un niño puede estar “modelando” la alegría de tener un nuevo amigo, o “pintando” la desolación que le produce la muerte de un abuelo, o “rayando” bronca porque el hermano mayor lo echó de la habitación y no lo dejó jugar con él. Por suerte cuentan con estos recursos elaborativos, no nos entrometamos con ellos, no pretendamos traducir a nuestro lenguaje racional sus expresiones creativas porque las vamos a cercenar y no vamos a permitir que cumplan su saludable función. No nos alarmemos por las formas, ni los colores, ni la falta de los mismos, abstengámonos de acotar que “aquí falta” o “por allá sobra” o que “mejor así que es más prolijo”, limitémonos a ofrecerles la posibilidad de expresarse y compartamos con ellos alegrías y tristezas, miedos y seguridades, luces y sombras, colores y ausencias, formas y deformes… ¡Y por qué no?! démonos el permiso de contactarnos, aunque sea por un momento, con ese niño que llevamos escondido, ese pequeño artista que seguramente alguna vez fuimos…
Lic. María Laura Piris.
Así, sus pinturas y dbujos no son una representación fiel, real y objetiva del mundo que los rodea. Expresan, en cambio, su personalidad, preferencias y rechazos hacia el mundo circundante. Representan su propia comprensión del mundo.
Mediante el dibujo libre y creativo intenta conectar entre sí todas sus experiencias, pensamientos, sentimientos, percepciones, emociones. El dibujo libre unifica la personalidad.
La actividad creadora también le sirve como válvula de escape y liberación de todo lo que le mortifica, fastidia, o no comprende, cuando las palabras le resultan inadecuadas o no le alcanzan.
Si a un niño se le facilita manifestarse libremente mediante actividades artísticas se vuelve más sensible y comprensivo de las cosas que lo rodean.
La mayor contribución que podemos hacer como adultos es no interferir en el crecimiento natural del niño. La mayoría de ellos se expresa de manera libre y original cuando los adultos no interferimos, lo cual no significa estar desatentos a su educación.
La mayor parte de las interferencias de adultos en el desarrollo natural de los niños es por falta de conocimiento acerca de dicho desarrollo y las necesidades infantiles. Aún albergando las mejores intenciones en la educación se pueden cometer perturbaciones con graves consecuencias.
Nuestro cerebro es poseedor de una gran plasticidad. A manera de “huellas” se imprimen en él nuestras experiencias. Pero además de esa función (mantener experiencias y reavivarlas) posee otra: la función creadora o combinadora. Por lo tanto el cerebro es un órgano combinador, creador, capaz de reelaborar y crear con elementos de experiencias pasadas.
Llamamos actividad creadora a toda actividad humana creadora de algo nuevo. Dicha actividad hace del hombre un ser proyectado hacia el futuro, que contribuye a crear a la vez que modifica su presente.
Vulgarmente pensamos que la creación es privativa de genios, talentos, autores de grandes obras de arte, descubrimientos, etc.
Pero en la vida diaria existen elementos necesarios para crear.
Donde hay un ser humano que imagina, combina, modifica, hay actividad creadora y gracias a los aportes de creaciones individuales puede existir la creación colectiva.
Los procesos creadores se manifiestan y pueden ser observados desde la más tierna infancia.
Fomentar la capacidad creadora en los niños es muy importante para su desarrollo y madurez.
Los procesos mencionados pueden verse en sus juegos con mucha frecuencia.
No se limitan a recordar experiencias vividas cuando juegan, sino que las reelaboran entre si, construyendo realidades nuevas acordes a sus necesidades.
Entonces, las bases de la creación residen en la facultad de componer, construir, combinando lo antiguo con lo nuevo y utilizando la imaginación.
Muchas veces la capacidad creadora natural se pierde a edades muy tempranas o pasa inadvertida debido a múltiples causas, entre ellas, una enseñanza estereotipada de técnicas y métodos poco significativos para los niños.
Por lo tanto generar un espacio de expresión libre, donde el juego, la exploración, y sus propios intereses sean punto de partida fundamental, es de vital importancia para que la capacidad creadora se desarrolle y enriquezca.
De ese modo podrán abordar contenidos propios del área artística trabajando en proyectos individuales y/o grupales, favoreciendo la integración, la diversidad, la responsabilidad, la individualidad, el pensamiento y conciencia críticos, la experimentación.
Contexto
El taller gira en torno a la conciencia ecológica.
La contaminación, el mal uso de los recursos, la generación desmedida de residuos, la extinción de especies y ecosistemas enteros, etc. nos afectan, forman parte del contexto que nos define, por lo tanto determina nuestras vidas y las producciones lo reflejarán de algún modo, sea en las imágenes que surjan o en los materiales elegidos por los alumnos.
La observación de nosotros en relación al entorno, la investigación y toma de conciencia, la libre expresión, son esenciales y forman parte de los principales objetivos del taller.
¿Cómo vamos a trabajar?
Con motivación propia: ideas que los niños traen o surjan en el taller.
¿Con qué vamos a trabajar?
Es la parte más divertida!
El taller de Arte de libre expresión, reciclado material y emocional, contará con: botellas, bolsas, cartones, papeles, maderas, telgopor, tapitas, etc, todo lo que generalmente se tira, nos servirá para construir cosas interesantes. También reciclaremos emociones y estados que nos contaminan, agresividad, miedos...
Además, nos valdremos de materiales tradicionales, siempre usados en Arte: pinceles, pinturas, arcilla, telas, caballetes, musica, textos, el cuerpo, el espacio, el tiempo.
Entonces...
¿Vamos a construir?